Mas Marroch abrió en 2007 y desde 2016 acogía celebraciones bajo una impresionante cúpula de piedra seca y de madera de 450 metros, que ha ardido
A las 4:30 de la mañana del 4 de noviembre saltó la alarma en la zona siete de Mas Marroch, el espacio que los hermanos Roca tienen en Vilablareix, junto a Girona, y que destinan a eventos. El aviso llegó al teléfono móvil de Josep Roca. En apenas diez minutos ya estaba todo el operativo con los bomberos y los Mossos d’Esquadra en marcha. La imagen, compartida por el mediano de los hermanos en redes sociales, es sobrecogedora: las llamas han devorado la impresionante cúpula, obra del arquitecto Oriol Roselló, especializado en arquitectura sostenible y concebida en piedra seca y madera.
“Es impactante ver cómo la belleza se consume, cómo se destruye tanto trabajo e ilusiones. Son momentos de desolación, desamparo, indefensión y de pensar cómo lo vamos a reestructurar”, comentaba esta mañana con por teléfono Josep Roca. Transmite serenidad y mucha calma: “Es gordo lo que ha pasado, se han destruido unos mil metros cuadrados (de cúpula son unos 450 metros), pero son solo efectos materiales. No hay que lamentar desgracias personales”.
Sobre las posibles causas del incendio, afirma que es pronto para determinarlo, aunque parece que no ha sido intencionado. “No se sabe si es ha sido un cortocircuito en la parte trasera del edificio, pero parece que no ha sido provocado”, añade Roca, el único de los hermanos presente en el lugar del suceso. Jordi Roca vuela esta mañana a China para atender un compromiso laboral y Joan Roca se encuentra en Madrid participando en el Congreso de Ciencia, Cocina y Futuro, organizado por el cocinero Mario Sandoval en el CSIC.
Mas Marroch, dirigo por Encarna Tirado, está abierto desde 2007 y, desde 2016, luce la famosa cúpula, bajo la cual se organizan eventos y celebraciones de postín. Los compromisos adquiridos para los próximos meses es algo que no preocupa a Roca: “Tenemos espacios para celebrar este tipo de eventos y atender lo que ya estaba contratado. Nos adaptaremos y ofreceremos soluciones a los encargos porque tenemos una bomba de oxígeno en Esperit Roca [el castillo de Sant Julià de Ramis, a unos siete kilómetros del centro de la ciudad, que acoge una destilería, un hotel, un restaurante con una estrella Michelin, y otro, donde rinden homenaje a las raíces familiares y lleva el apellido materno, Fontané]”.
También piensa en el espacio que tienen al lado del edificio incendiado y donde dan de comer a diario a los jugadores del Girona Fútbol Club. La zona afectada por el incendio es un auténtico vergel, un espacio de evasión y recogimiento para Josep Roca, donde cuida de un huerto, árboles frutales, gallinas y ocas. En total, dos hectáreas de cultivo, con certificación ecológica, además de certificado de agricultura biodinámica Demeter.
“Ahora toca superar parte del duelo, porque es duro ver que una parte de lo que has construido se destruye y asumir la desgracia. Tenemos que ver si tenemos que tirarlo todo o reconstruirlo”, agrega Roca, que todavía no ha podido entrar en el edificio. Asume que les quedan meses por delante de mucho trabajo y de pensar cuál será el futuro de Mas Marroch. “Tenemos que pensar en positivo siempre”.
Fuente: Paz Álvarez – El País