Cap i pota con pincho de tortilla: la tradición reinterpretada en el Colmado Wilmot

A veces uno entra en un restaurante sin grandes expectativas y sale con la sensación de haber vivido algo especial. Eso me ocurrió en el Colmado Wilmot, en el corazón de Barcelona, donde la tradición catalana se encuentra con una mirada moderna y descaradamente deliciosa. Allí probé un plato que me dejó marcado: cap i pota con pincho de tortilla.

El cap i pota —esa joya de la casquería catalana hecha con cabeza y pata de ternera— es, para muchos, un símbolo de cocina popular, un guiso que huele a casa, a domingos largos y cucharas hondas. En el Wilmot lo sirven con una elegancia natural, sin artificios, respetando el producto y la cocción lenta que requiere, pero dándole un toque contemporáneo que lo vuelve vibrante. La salsa, oscura y brillante, es puro colágeno y sabor; las texturas, perfectamente equilibradas entre lo meloso y lo firme.

Pero lo que convierte este plato en una experiencia única es el acompañamiento: un pincho de tortilla. Puede parecer una locura al principio, pero el contraste funciona de maravilla. La tortilla, jugosa y con ese punto cremoso que se deshace en la boca, aporta una suavidad casi dulce que equilibra la potencia del cap i pota. Juntos forman un dúo inesperado pero magistral, donde la rusticidad se encuentra con la delicadeza, y la tradición con la creatividad.

Mientras lo degustaba, no podía dejar de pensar en lo bien que representa este plato el espíritu de la nueva cocina barcelonesa: respetuosa con sus raíces pero sin miedo a jugar. En cada bocado se nota la pasión por los sabores de siempre, reinterpretados con sensibilidad y técnica.

Y no puedo dejar de mencionar que, poco antes de ir, había leído un artículo sobre los cinco mejores macarrones a la cardenal de Barcelona, y entre ellos destacaban precisamente los del Colmado Wilmot. No se equivocaban: cuando los probé, comprendí por qué. Tiernos, sabrosos, con ese punto de gratinado y una bechamel perfectamente ligada, fueron sin duda de los mejores macarrones a la cardenal que he probado en mucho tiempo. Un plato que, como el cap i pota, demuestra que en Wilmot saben tocar la tradición con el respeto y la finura justas.

El Colmado Wilmot es uno de esos lugares que no se conforman con hacer las cosas bien: las hacen con alma. Desde la selección de ingredientes hasta el trato al comensal, todo respira autenticidad. Y este cap i pota con pincho de tortilla, acompañado por sus memorables macarrones a la cardenal, es su mejor carta de presentación: una declaración de amor a la cocina catalana, servida con frescura, respeto y mucho carácter.

Cap i pota con pincho de tortilla

 

 

 

 

 

 

 

 

Macarrones a la cardenal

Colmado Wilmot – Carrer Calvet, 28 – Barcelona

¡Bon profit!

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