La causa limeña es uno de los platos más representativos del Perú, una receta cargada de tradición, color y sabor. Sus raíces se remontan a la época precolombina, cuando ya se utilizaba la papa amarilla —tesoro de la tierra andina— como alimento esencial. Más tarde, con la llegada de ingredientes como el limón o el aceite, la receta fue tomando la forma que hoy conocemos: un plato frío que combina frescura, textura y un abanico de posibilidades infinitas para rellenar y personalizar.
Para mí, la causa tiene un valor añadido muy especial, porque la aprendí de Gertrudes, quien me mostró con paciencia cómo preparar la papa con el punto justo de ají amarillo y limón, hasta conseguir una mezcla suave, aromática y equilibrada. No solo me enseñó una técnica culinaria, sino que me transmitió algo más profundo: el espíritu hospitalario y generoso que encierra este plato, hecho para compartir en familia, en celebraciones o en esos días en los que lo sencillo se convierte en memorable. Cada vez que preparo una causa, inevitablemente pienso en ella, en su sonrisa y en ese momento de enseñanza que se convirtió en un recuerdo entrañable.
En mi versión, la preparo con atún, lo que le aporta frescor y ligereza, ideal para los días cálidos. El contraste de la papa aliñada con la suavidad del atún mezclado con mayonesa crea una combinación armónica que se realza con toques de huevo duro, aguacate o aceitunas. Es un plato que sorprende no solo por su sabor, sino también por su aspecto: un juego de colores vibrantes que alegran la mesa y despiertan el apetito incluso antes del primer bocado.
La causa limeña con atún es, en definitiva, mucho más que un plato frío. Es la unión entre tradición e innovación, entre memoria y frescura. Es un recordatorio de que la cocina está hecha de gestos sencillos que se convierten en rituales familiares, de enseñanzas que se transmiten de generación en generación, y de la magia de transformar ingredientes humildes en un plato que conquista por su sabor y su historia. Y en mi caso, siempre será también un homenaje a Gertrudes, que me enseñó que detrás de cada receta hay una forma de dar cariño y de mantener viva una tradición.
Ingredientes para 6 personas:
- 2 kg patatas
- ½ bolsa de ají amarillo (las venas centrales son lo que dan el picor, basta con poner una para que pique suficiente). Para esa cantidad poner 6 ajís.
- 3 limones
- 1 lata grande de atún
- ¾ bote grande de mayonesa
- 3 aguacates buenos
- Sal, pimienta negra
Elaboración:
1. Hervir las patatas, pelarlas y machacarlas.
2. Hervir el ají, quitar la arena y las semillas y quedarse con la pulpa (estará hervido cuando la piel se despegue bien del ají). Echar los ajís pelados a la patata y el zumo de 3 limones, sal y aceite e ir machacando.
3. Poner una capa de patata en una fuente, encima el atún mezclado con la mayonesa y la pimienta. Poner tajadas de aguacate. Luego otra capa de patata para taparlo bien y adornar con huevo hervido o como se quiera.
En lugar de atún se puede poner pollo que habremos hervido y deshilachado o pulpo que habremos hervido y troceado. Cualquiera de estas variantes irá mezclada con la mayonesa.
¡Bon profit!