Mi presentación en la Academia de la Cuina i el Vi de Mallorca: las sopes de fener como carta de identidad

Hay días que uno recuerda no solo por lo que ocurre, sino por lo que significan. El 30 de septiembre de 2016 fue uno de esos momentos que quedaron grabados para siempre: el día de mi presentación en la Acadèmia de la Cuina i el Vi de Mallorca, y el lugar elegido fue la Baronía de Banyalbufar, lugar maravilloso con unas vistas inimaginables Más allá de los nervios, de las caras conocidas y del orgullo de formar parte de una institución que vela por la cultura gastronómica de la isla, ese día fue una celebración del sabor más auténtico. Y el plato que elegí para acompañarlo no podía ser otro que las sopes de fener, también conocidas como faba pelada o faba parada.

Este plato es una joya de la cocina tradicional mallorquina. Nacido en los hogares humildes del campo, cuando nada se desperdiciaba y todo tenía un sentido, las sopes de fener se preparan con habas secas sin piel que, tras una cocción paciente, se transforman en una crema espesa, delicada y profundamente reconfortante. Su sabor, que combina la tierra, el fuego y el tiempo, resume a la perfección lo que para mí significa cocinar: memoria, sencillez y respeto por el producto.

Ese día, mientras explicaba la receta y el origen del plato, la sala se llenó del aroma de las legumbres cocidas lentamente, del sofrito suave y del perfume de laurel y aceite de oliva. Algunos académicos asentían con una sonrisa cómplice: ese olor era el de su infancia, el de las cocinas de sus madres y abuelas. Cuando serví las sopes, el silencio se hizo en la mesa. Un silencio elocuente, de esos que solo surgen cuando un plato toca algo más que el paladar.

Las sopes de fener no buscan deslumbrar. No hay técnicas modernas ni presentaciones espectaculares. Pero hay verdad. Y esa verdad, en la cocina, vale más que cualquier artificio. En cada cucharada se encuentra la historia de una isla que aprendió a transformar la escasez en sabor, y la sencillez en identidad.

Aquel 30 de septiembre de 2016 entendí que mi presentación no era solo un acto formal: era un homenaje. Un tributo a la cocina que nace del alma y del territorio, a esa Mallorca que hierve en silencio dentro de cada olla. Y desde entonces, cada vez que vuelvo a preparar unas sopes de fener, siento que revivo ese momento, el día en que la tradición y el presente se dieron la mano para recordarme por qué amo tanto cocinar.

La Acadèmia de la Cuina i el Vi de Mallorca

La Acadèmia de la Cuina i el Vi de Mallorca es una institución dedicada a preservar, estudiar y promover el patrimonio gastronómico y vinícola de la isla. Formada por cocineros, investigadores, productores y amantes de la buena mesa, su labor va mucho más allá de la cocina: busca mantener vivas las raíces culinarias mallorquinas, adaptándolas con respeto a los nuevos tiempos. Participar en ella es compartir una pasión común por los productos locales, las recetas tradicionales y la cultura del buen comer que define a Mallorca.

Ingredientes (para unas 4 personas):

  • 4 grells (sofritos)
  • ½ cebolla
  • 2 tomates de ramillete
  • Saïm vermell (manteca colorá)
  • Panceta
  • 1 Botifarron
  • ¼ col
  • Sopas mallorquinas
  • 2,5 litros caldo de carne (pies de cerdo, careta, oreja, morro, huesos, verduras…)
  • 150 gr judías blancas cocidas
  • Hierbas (tomillo, laurel, mejorana, hierbabuena…)
  • 2 ajos
  • 160 gr Fideos nº2
  • Nuez moscada y clavo (opcional)
  • Sal y pimienta negra

 

Elaboración:

1. Sofreímos los grells y la cebolla picada con el saïm vermell, cuando todo coge el color adecuado añadimos el tomate de ramillete y la col cortada igual que las sopas mallorquinas y lo rehogamos.

2. Después añadimos buen caldo de carne y dejamos hervir mucho hasta que casi la col esté bien desecha.

3. Por otra parte habremos hervido un buen puñado de judías con moraduix, algo de hierbabuena, un poco de laurel, y con las legumbres ya cocidas las trituramos bien para que quede una crema bien espesa. Si se quiere espesar más le añadimos judías o almendras tostadas o si queremos que sea más ligera le metemos más caldo.

4. Lo rectificamos de sabor con sal, pimienta negra, nuez moscada, clavo.

5. A parte hemos sofrito panceta a tiras y botifarrón para acabar el plato.

En mi caso he cocido los fideos a parte pero se pueden perfectamente cocer en la crema pero tal vez espese más el conjunto.

6. Luego colocamos sopas mallorquinas en el plato, junto con la panceta y el botifarrón sofrito, unos fideos, y finalmente regamos con la crema.

¡Bon profit!

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